Picture of the Year

Diciembre, último mes del año. No me di ni cuenta como pasó este 2005. Por lo tanto, creo que es la hora de comenzar a hacer recuentos, y el primero que se me viene a la cabeza, tomando en cuenta que son casi las 4 de la madrugada y yo escribiendo esto, es el siguiente: ¿cuál es la imagen más impactante del año, o al menos, la más importante para mí? Todos pueden tener distintas opiniones, es más, los invito a que las manifiesten, para mí no se trata de política, ni conflicto internacional, ni Lagos, ni García agarrándose a chuchadas, nada de eso. Lejos, la imagen del año es lo que ocurrió el 2 de Julio pasado, en el grandilocuente Live 8, esa maratón musical organizada por Bob geldoff. Ahí hubo lugar para sensaciones y episodios históricos, pero lo que más me impacto fue ver a mi banda favorita de todos los tiempos, Pink Floyd, reunida por única vez con sus miebros casi originales después de 24 años. Ver a Waters, Gilmour, Wright y Mason abrazados agradeciendo al público por su apoyo incondicional es algo que la historia aún no dimensiona, pero que se transformará con el tiempo en algo irrepetible, al menos en las circunstancias actuales. ¿Por qué? Porque es casi imposible que esta formación vuelva a hacer algo en estudio o una gira, el sueño imposible de todos quienes somos fanáticos, los muchachos están con tensas relaciones, sobre todo Waters y Gilmour, quienes hasta algunos meses no se dirigían la palabra y aprovechaban entrevistas y declaraciones para lanzarse ironías mutuamente.

Alguna vez dije , cuando me enfrentaba a alguna situación complicada, que era más fácil que Pink Floyd se reuniera antes de que mi persona realizará dicha acción. Me salió el tiro por la culata...muchos no lo podíamos creer cuando se mencionó que los ingleses se juntarían como una forma de realizar beneficencia. El suceso se cumplió: no lo podía creer cuando escuché los latidos con los que comienza el “Dark Side Of The Moon”. Gilmour, muy correcto y casi inmutable, Mason preciso, Wright, casi ignorado por el director, o switch man quien rara vez lo pinchó en la transmisión. Y Waters..feliz, eufórico, como rara vez se le había visto, donde incluso hubo lugar para un speech donde daba a entender sus emociones de tocar con sus ex compañeros. Al parecer, todo quedó en eso, es mucho pedir que volvamos a contar con esta gran banda y esa formación. Sin embargo, queda para el recuerdo una gran presentación, donde si bien hubo detalles que algunos notamos, el sonido fue excelente, y sobre todo, una emotividad única de ver a estos monstruos reunidos después de tanto tiempo.

Por eso creo que es la imagen del año: porque muestra que el poder de la música es más fuerte que cualquier cosa, que las reconciliaciones, aún cuando se haya disparado mucha mierda, son posibles, y esto lo digo en todo orden de cosas. No quiero pensar en la opción de que esta imagen sea el epitafio definitivo para Floyd, sino que se trate de el comienzo de algo muy bueno que vendrá en el futuro, algo que ni yo tengo muy claro, puede ser una señal para la vida de muchos…soñar no cuesta nada cierto?