Vacaciones...

Al fin de vacaciones…por fin se terminó todo en cuanto a la Universidad, ya que en cuanto a prácticas o posibles trabajos no puedo decir lo mismo….espero. De todas maneras un buen año académico y personal, a pesar de todas las cagás que quedaron en algún momento, cosas que detallaré en otros escritos que ya vienen. Lo que me motiva ahora es escribir sobre las vacaciones, ya que me siento cual Chevy Chase en esa clásica película llamada por muchos como un monumento a la estupidez jaja. Hay un fenómeno en cuanto a esta época de descansado que no me cuadra en absoluto, y en el cual creo que muchos nos hemos visto envueltos. Se trata de ese extraño sentimiento que consiste en los siguiente: primera semana, todo bien, segunda semana, empiezan las caras largas, tercera semana: Ya estamos chatos de las vacaciones!!! Menos mal yo llevo solamente 3 días por lo que estoy recién en la primera etapa, pero no dudo que posteriormente ocurrirá lo que estoy diciendo. Todos los años es la misma historia. Febrero es el mes de muchas cosas entretenidos, veraneos con mis amigos, mi cumpleaños, carretes varios de “despedida” y las ganas de volver al lugar donde estamos viviendo quienes estudiamos afuera. Pero enero es una lata, después del año nuevo poco y nada queda por hacer, sobre todo en una ciudad tan entretenida como Osorno, donde poco y nada pasa. La rutina diaria es levantarse a una hora no tan descarada pero de todas maneras no correcta, almorzar, ir al centro, estar haciendo nada y en la noche, uno que otro carrete, que por lo general menos mal resultan buenos…pero qué se saca en limpio de todo esto?? Muy poco, es un fenómeno extraño parece que cuando estábamos en el colegio daba lo mismo, pero ahora ha cambiado la mentalidad, al parecer estamos acostumbrados a estar en constante actividad, y aunque reclamemos todo el año, ese es el ritmo de vida que nos acomoda. Cuando este movimiento se desvanece queda la escoba: empiezan los malos estados de ánimo, y todo lo que implica estar chato.

Creo que lo principal para evitar caer en la rutina es estar cambiando constantemente de ambiente, es la única forma que veo para evitar andar weón. Por eso es que quiero quedarme acá en Santiago, hay muchas cosas por hacer en el verano, y aunque el calor a veces es apestoso, no queda otra. Se viene el festival de jazz de provi, o el Teatro a Mil, en fin, muchas actividades en las cuales uno puede participar y a módicos precios. Ojalá que sea posible, porque dudo que aguante mucho tiempo en mi natal Osorno, donde no es talla que la rutina diaria es tal y como la detallé anteriormente. A alguien más le pasa lo mismo o disfrutan a mango estar 3 meses sin hacer nada?? Espero sus respuestas, saludos a todos los amables visitantes de este blog.