Saturday, July 01, 2006

Los Benditos Vinilos



Francis Albert Sinatra & Antonio Carlos Jobim
Edicion Chilena, Discos Philips, 1967
(Comprado en San Diego)

Durante estos días, he redescubierto uno de mis fanatismos más grandes, y que desde hace algún tiempo, estaba un poco olvidado: los discos de vinilo. Todo comenzó hace unos días, con una visita al Persa Bío Bío, donde es realmente un paraíso en esta área: hay unos 3 puestos que ofrecen una tremenda cantidad de vinilos, desde Sandro hasta rock actual. Los valores son relativos: fluctúan entre los 500 pesos a las 100 lucas más o menos, y no es chiste: eso es lo que me cobró uno por la edición americana del tremendo “All Things Must Pass” de George Harrison. Obviamente, y a pesar de que mi afán por tener ese disco es heavy, no lo compré.


Yo no sé si será una especie de fetichismo o placer culpable, pero en mi caso viene desde los más remotos tiempos: desde que encontré discos de Pink Floyd, Electric Light Orchestra y otros en mi casa. Todavía me acuerdo cuando mi viejo se levantaba temprano los sábados en la mañana, y en todo un ritual, sacaba sus vinilos de la bolsa y los ponía en la Technics japonesa que teníamos. El sonido de aguja me acompañó por muchos años, hasta que fue desplazado por una amplia colección de cd’s. Pero definitivamente no es lo mismo. Hay muchos contra: el ruido de la aguja a veces llega a ser insoportable, se dañan fácilmente los discos, a medida que los surcos van llegando al final del lado la calidad del sonido va disminuyendo, o la pasta con que hacían los discos en Chile era ahí no más. Pero a mí no me importa. Lo de las portadas es un tremendo plus, y todo lo que implica sentarse a escuchar música en este formato, pararse a cambiar de lado el disco, es una experiencia única.

En cuanto a lo histórico, puedo decir que el vinilo es el único formato de reproducción de sonido que cambió las reglas de la música de manera definitiva. Antiguamente, los grupos pensaban en sus canciones para singles de 45 revoluciones, en que no tenían que durar más de 4 minutos y medio. Con la aparición del “long play” de 33 1/3 rpm, la cosa cambió: ahora la música podía ser más sofisticada, los temas más extensos, lo que permitió que durante el auge de las bandas en los años 60, en Inglaterra Principalmente, y bueno, después en Estados Unidos, las bandas componían conforme a los veintitantos minutos por lados. Fue así como surgió el rock sicodélico, y mas tarde, el progresivo, con vinilos que en ocasiones contenían canciones de 23 minutos..casos hay muchos.

Como decía al principio, en San Diego y el Persa hay muuucho para ver, y lo mejor es que están en buen estado. Es una buena inversión, y al menos para mí, significa mucho, ya que hay muchas cosas que no han sido publicadas nunca en Cd. En estos momentos, estoy dedicado a buscar grupos chilenos de los 60 y 70 y vinilos del estilo Easy Listening, entiéndase como tal Hugo Montenegro y otras orquestas que tienen aspectos muy interesantes en su música. Y bueno, el de Harrison a un precio razonable. Por ahora ya tengo una joyita: “La Gran Fiesta” de Los Stereos, grupo instrumental donde dio sus primeros pasos en guitarra un tal Raúl Alarcón, que algunos años más tarde sería conocido como “Flor Motuda”. Excelente disco, totalmente recomendable. Y dentro de las otras maravillas que tengo y que obviamente, no vendo a ningún preció, está la edición chilena de “Atom Heart Mother” de Floyd, que salió sólo en versión cuadrafónica, y que suena mucho mejor que la primera edición en CD. Y además, una completa colección de la Nueva Canción Chilena, con vinilos que van desde “Las Últimas Composiciones “de Violeta Parra hasta la versión original de la “Cantata Santa María” ….indescriptible en palabras lo que significa este tesoro. Para terminar, cito la típica leyenda que aparecía en muchos discos

“Al tocar este disco en aparatos estereofónicos, sírvase equilibrar auditivamente ambos parlantes para una fiel reproducción del sonido”

2 Comments:

Blogger Jaime Andrés Gallo Calderón said...

Hay dos temas en vinilo que recuerdo haber escuchado heavy, tanto por su oposición como su significado. Lili Marlen, de un disco de marchas militares que incluía a "Los Viejos Estandartes" y la Canción Nacional con "bonus track".

El otro, el último discurso de Allende en un disco de discursos del "Chicho", que oí una noche se chelas, cigarros compartidos y el mar de fondo.

9:29 PM

 
Blogger mix said...

yo cuando chica escuché muchos discos, de cuecas clásicas, Tom Jones, uno de John Lennon, The Fifht Dimension, Tom Jones, Camilo Sesto (era de mi tía ese), Bach, Cascanueces, Cantos Infantiles, Carpenters y unos cuantos Motown... colección que sige en mi familia y espero heredar.

Todavía necesitas el dato de la aguja??

9:12 PM

 

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