Sunday, October 15, 2006

School's Out

Me dieron ganas de escribir en el blog. De repente, mientras estaba estudiando toda la situación referente a los conflictos que han existido siempre (o casi siempre) en medio oriente, tema de la solemne del martes, me detuve y pensé: si no escribo esto de una se me va a olvidar. Y el tema pasar por lo siguiente: por alguna razón, la cual aun no vislumbro de manera concreta, me acordé del colegio, de esos años cuando no teníamos mayores preocupaciones que pasar de curso, y por qué no decirlo, pasarlo bien.

La verdad es que de la básica me acuerdo bien poco. Tengo claro que entré a Kinder en el 88, y que salí de cuarto el 2001, todo esto debido a un pequeño traspié que me dejó pegado en tercero medio. Por lo tanto, las cosas que claramente tengo guardadas en la cabeza se podrían enfocar en el periodo a partir de quinto básico, esto en el año 93. Y por qué? Porque en quinto ocurrió un hecho que cambió para los años que vendrían la estadía en el colegio. Fue el año cuando nos mezclaron a los tres cursos existentes, paras transformarlos en dos, y que se extendería hasta la media, con las deserciones típicas de varios, dentro de los cuales, figuro yo por haber repetido.

De esos años, aun quedan amigos, no tantos, pero de esos con los que uno se ve en años, o muchos meses, y cuando nos encontramos, es como si nos hubiéramos dejado ver ayer. Quizás fueron las miles de cosas que vivimos untos que nos unieron tanto, porque cada vez que nos juntamos en Osorno, salen las tallas rancias del curso, recuerdos de las anotaciones y todo lo demás.

Mi curso original era muy especial: extrañamente éramos todos muy unidos, íbamos a todas juntos, desde las fiestas que empezaron en quinto, donde nos daban permiso hasta las 11 de la noche máximo, y bailábamos los “cassettes” de Roxette, uno que otro de los Guns y la banda sonora de esa novela que se llamaba “Ámame”. No me da vergüenza reconocerlo, en absoluto.

En sexto, ya las cosas se ponían mas serias, porque en el colegio nos consideraban, desde sexto en adelante, como enseñanza media, entiendo que esta es una característica de la educación francesa, y como el modelo se mantenía., nada que hacer. Pero de todas maneras sirvió, y mucho. Eran los tiempos en que nos empezábamos a meter heavy en el tema de la “semana del colegio”, esos días previos al 14 de julio que todos esperábamos con ansias, con las competencias, los videos que había que hacer, las coreografías y los deportes. Obviamente, nunca participé en deporte, pero si, desde octavo en adelante, me preocupé especialmente de la prueba que se llama “Canto Nuevo”, que consistía en tomar una canción y hacer un cover. Con el curso ganamos 4 veces consecutivas en esta área, las canciones…algún día las enumeraré, pero para mi marca un antes y un después, porque fue la primera vez que toqué en público, y la elegida fue ese clásico de Sui Generis llamado “Confesiones de Invierno”. No sé si estará esa grabación por algún lado…pero si hay fotos.

También recuerdo esas clases, donde el desorden llegaba a niveles insoportables, molestándonos entre todos y también, a los profes, “bautizándolos” con las tintas de las plumas en sus delantales blancos, o haciendo dibujos de ellos. También hay que destacar las anotaciones, algunas de las que me acuerdo eran “Durante la clase, cruza los brazos, apoya la cabeza y duerme plácidamente”, o “Reclama su mochila escondida con garabatos de grueso calibre”, o “Canta (mal) en clases”…ese no era yo en todo caso. Bueno, por algo fuimos sindicados en muchas ocasiones como la peor generación de la historia del colegio…flojera, desorden y webeo eran las consignas. A medida que pasaron los años, las cosas iban cada vez peor: los carretes eran históricos, las estrategias para subir copete a Antillanca eran planificadas con extremo rigor, y las historias que pasaban allá, ni hablar.

Por todo esto, las reuniones de apoderados eran temidas, en i caso al menos: cuando sentía que llegaba mi vieja a la casa, tomaba un libro y hacia como que estaba estudiando, porque tenía claro que la puteada se venía en mala. Pero al final, uno ya estaba acostumbrado, así que como que daba lo mismo.

A pesar de que hemos cambiado, esos años no se olvidan tan fácilmente. A punto de egresar, y empezar la vida laboral como corresponde, pienso que de repente me dan ganas de retroceder en los años, cuando no teníamos grandes preocupaciones como ahora, y todo se veía mucho más simple de lo que parecía. No sé si todo tiempo pasado fue mejor, pero de todas maneras, es algo de lo que muchos aprendimos y que ahora, con la distancia del tiempo, trae muy gratos recuerdos.

Siempre me acuerdo cuando mi viejo me decía que había que aprovechar el colegio, y vaya como tenía razón…al menos, creo que lo hice, y aunque las cagadas que me mandé fueron bastante grandes en algunos casos, de todo se aprende. Eso sería, compartir mi experiencia del colegio, si alguien quiere opinar sobre la suya, just do it. Saludos a todos.

2 Comments:

Blogger Stephanie Moller. said...

sera verdad eso de TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR???.. mm.. no lo se...
yo igual he andao recordando cosas de antes.. la epoca del colegio fue genial.. y mas aun.. con lo del fotolog de mi curso.. mil risa joajoa


ya
saludos colega
;)

7:13 PM

 
Blogger Lilith said...

Jaja, puta que me gusta leer tu blog Emilio ;)

7:23 PM

 

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