Thursday, October 05, 2006

Business are not really business

Acabo de terminar de ver “Se Arrienda”, la ópera prima de Fuguet. Nunca la había visto, y el otro día, después de una de las tantas conversaciones con Stephaníí, me quedó dando vueltas la idea y la bajé. No voy a comentar la película, porque muchos la deben haber visto, y por lo demás, tampoco es gran cosa, la idea principal se diluye y pierde el foco, pero aún así rescato algunas cosas, y a partir de eso, es que me largo a escribir esta columna.

Voy a partir diciendo que me sentí identificado con algunas partes de la cinta, partiendo por la idea de la música como un medio de subsistencia, algo un tanto utópico en nuestro país, pero que aun así, genera especial interés en algunos, como es mi caso, para los que no se hayan dado cuenta. La cosa es que desde los 13 años, edad en la que empecé a tocar y a interesarme seriamente por este arte, tuve la idea de estudiar música. Ahora, por qué no lo hice, no sé si tenga una explicación valida y conciente al respecto. Quizás, y creo que es la hipótesis más cercana a la realidad, fue por miedo a lo que vendría, a esa inseguridad permanente que está estigmatizada absolutamente, a ese mundo sin un piso tan sólido (económicamente hablando) como en otros casos. Y escuchar a Soda, como pasa al inicio de la película, me lleva inmediatamente a esa época, en que rayaba con esta banda (aún lo hago en todo caso)

Viendo todo esto con el paso de los años, y a punto de egresar y entrar en serio en el mundo laboral, léase, sin compromisos universitarios de por medio como ha sido hasta ahora, se me viene a la mente la pregunta de los sueños e ideales que teníamos a los 15 años, o al salir de cuarto medio. Debo reconocer que en esos tiempos, predicaba el discurso de que las cosas comerciales eran basura, que nunca había que venderse, y todos esos pensamientos propios de la edad. No sé si me habré vendido, para bien creo que me he mantenido consecuente en todo este tiempo, pero ahora sin duda que veo las cosas de otra manera. O sea, en un mundo como el actual, hay oportunidades en las que hay que ceder, pero siempre con las convicciones claras.

Es imposible saber qué nos deparará el destino en 10 años más, pero sinceramente, no creo que la cosa cambie mucho. No creo que me gustaría mucho transformarme en una máquina de hacer plata, olvidando todo lo que en algún momento dije y pensé, aunque suene poco creíble, sería un claro sentimiento de frustración. Es cierto que la plata es muy importante, sobre todo en una profesión como la que empezaré a ejercer formalmente a partir del próximo año, donde claro está, uno no se va a hacer rico. Por ejemplo, no me veo haciendo críticas de conciertos de reggaeton o películas muy teenagers con el fin de ganar más pesos, trabajaría de mala gana.

Hasta el momento, las cosas que estoy haciendo me llenan de satisfacción y por lo consiguiente, las hago con todas las ganas y empeño posible. Y menos mal, todo ha resultado bien. Por eso que ni creo mucho en el concepto del “business are business” en que al final nos invade la vorágine y nos vendemos al sistema. Habrá que seguir en la misma senda, aunque otros, en muchas ocasiones, opinen lo contrario y salgan con cosas del tipo “como vas a hacer eso”, “Te vas a morir de hambre y demases”. Ya está todo dicho, solo depende de cada uno....y en eso estamos.

3 Comments:

Blogger Stephanie Moller. said...

'ya te kiero ver comi mi papa ahhhhh'
JAJA.. no.. perdon eso es un comercial...
lo k kiero decir... nunca diga nunca... y no mientas emilio! si igual rayaste con 'golpe de suerte' (aunk es pa teens) no digas k noooo reconoce!
JAJAJAJJA

chao monis
;)

12:23 PM

 
Blogger Stephanie Moller. said...

ahh.... y no tienes pa k decir stephaníííííí.. con mi mamá ya me basta
jaja

12:24 PM

 
Blogger Layla said...

Reabrí mi blgo y me encontré con un post tuyo que o había leído.

Saludos y pasate más seguido por el mio!

10:51 AM

 

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